Como mediación la música cumple la función de instrumento favorable al cultivo de una práctica de socialización. Hace parte de una tradición cultural en cuanto proceso y producto que interrelaciona, no es sólo para vender y comprar sino consumir hasta la misma consumación, hasta la desaparición, la extinción. Cumple también con una función mediadora social en cuanto que responde a una cosmovisión.